domingo, 9 de diciembre de 2012

Yo tuve un sueño...


Sueño con el pasado. Siempre los mismos sentimientos: soledad, angustia, oscuridad, frío... Otra vez esa sensación de ser perseguida en mis sueños. Cuando creo que casi he conseguido llegar a la meta, a ese lugar idílico, a esa cima de paisaje cristalino, allí donde me será revelada la fórmula de la felicidad, un fuerte cosquilleo recorre todo mi cuerpo. De repente alguien me atrapa y veo como esa meta se va alejando, desvaneciendo. Siento frío, desamparo. No se qué hacer, ni a dónde ir. Todo está oscuro. De repente me despierto entre jadeos y sudores y me doy cuenta de que todo ha sido un sueño efímero. Rápidamente cojo una libreta y un bolígrafo e intento escribir todo lo que recuerdo, pero en cuanto terminaba una palabra ésta se iba desvaneciendo. La tinta se desvanecía en la nada, allí mismo, delante de mis ojos. Suspiro. Vuelvo a intentarlo una y otra vez sin conseguir nada. Las letras parecen humo. El viento se lleva mis esperanzas. Me quedo en blanco. Recapacito. Seguramente por más vueltas que le de al sueño no encuentre una respuesta lógica a lo que pasó. Seguramente debería vivir más el presente y dejar atrás las fantasías. Seguramente debería mirar hacia atrás y aprender a curar las heridas del pasado. Eso. Justo eso. Acabo de recordar que esa frase la había visto antes. ¡Claro! Estaba escrita en mi paisaje del sueño, en esa meta a la que quería llegar. Decía algo así: "Aprende a mirar hacia atrás y a ver lo que has vivido sin sufrir por ello. Es algo pasado. Te servirá para formarte como persona. Pero nunca te estanques en el pasado. Avanza, progresa, VIVE". Suspiro, cojo el bolígrafo una vez más y anoto en la hoja: "Vive. Vive con el pasado, con el presente y con lo que aún esta por llegar...". Esta vez las letras quedaban plasmadas en la hoja y, palabra por palabra, consigo bordar un poema que habla de esperanza, de luz.

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