sábado, 28 de abril de 2012

Esos cuentos sobre la vida

De pequeños vemos la vida de color rosa: todos los cuentos y las películas acaban con final feliz, todas somos pequeñas princesas que sueñan con encontrar a su príncipe azul o en su defecto una rana a la cual besemos y se convierta en el hombre de nuestros sueños. Con el paso del tiempo creemos que se cumplirá pero siempre llega la primera desilusión. Entonces pensamos que nunca habrá una historia con final feliz. Crecemos y cada vez nos volvemos más negativos, más reacios a dejar que nuestros sentimientos fluyan. No decimos un "me gustas" por miedo, por vergüenza, por no se sabe qué. Cuando para un niño tanto eso como un "te quiero" son las cosas más normales del mundo. Muchas veces nos quedamos con la duda de ¿y si...?: y si le hubiera dicho algo, y si hubiera hecho algo... ¿y si?...
Estas dos palabras, por sí mismas no suponen ninguna amenaza, pero si las juntamos una al lado de la otra podrían atormentarnos el resto de nuestra vida.
Si crees que una historia puede llegar a ser lo suficiente importante, nunca es demasiado tarde para volver atrás y rectificar, o para dar un paso adelante.
Únicamente nos falta valor para seguir a nuestros corazones.
Creo, sinceramente, que todos deberíamos dejarnos llevar por nuestras emociones alguna vez, sonreír más a la gente y a la vida. El mundo nos lo acabaría agradeciendo. Nosotros mismos, en nuestro interior, estaríamos agradecidos.
Porque no todas las historias van a terminar mal, siempre encontraremos al menos una con un final feliz.


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